martes, 17 de enero de 2012

Le dolía el mundo...y no supimos escucharlo.






















A Vania le dolía el mundo...y no supimos escucharlo. A vania le dolía el dolor humano...y no supimos escucharlo.

Vania no había vivido ninguna de las grandes guerras, no había sufrido ninguna de las grandes crisis económicas. En su casa nunca falto el pan, en su vida nunca faltó un techo ni un somier donde descansar. Sus padres se querían y le querían, tenía grandes amigos, estudiaba y le iba bien, estaba soltero, con el corazón libre para amar a quién quisiese. Vania era afortunado.

Vania había vivido la peor de las grandes guerras, la de levantarse cada día. Vania había sufrido la peor de las grandes crisis, la crisis existencial. En un mundo cómodo, con todas las grandes necesidades cubiertas, le dió por preocuparse por la mera existencia de existir. En su casa siempre falto un techo, un techo para acoger las desgracias de los demás, un techo para acoger la poca acogida humana, siempre faltó un somier, un somier para dar descanso a los cansados. Sus padres se querían y le querían, tenia grandes amigos, estudiaba y le iba bien, estaba soltero, con el corazón libre, con el corazón libre y demasiado grande para este mundo, con el corazón libre para amar a quién quisiese. El eligió amar al mundo, sufrir con el mundo. Vania se sentía desgraciado.

Cada día en el telediario las noticias le sobrecogian, atentados con hombres bomba, hambre en el cuerno de África, maltrato de género, abusos sexuales...Eran martillazos en su corazón. "No seas tan aprensivo Vania, tienes suerte y toda una vida por delante".

Intentó mirar para otro lado, intentó cambiar el mundo...Cada día le suponía un gran esfuerzo el tomar aire, aire contaminado de codicia, de egoísmo, de barreras ante la injusticia...

¿Cuál fué la noticia que le hizo tomar la decisión?¿Se pudo hacer algo antes de el salto al jamás?...No tuvo miedo al golpe, le dolía más el impacto del día a día, el impacto de la condición humana que el impacto con el asfalto.

A Vania le dolía el mundo...y no supimos escucharlo. A vania le dolía el dolor humano...y no supimos escucharlo.

El descanso de Prometeo.

Audio: Manu Chao-Lágrimas de oro

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